Marilyn Monroe fue hallada muerta el 5 de agosto de 1962 en su casa de Brentwood, en Los Ángeles. Aunque en seguida se estableció que la causa fue un suicido, desde entonces las teorías conspirativas no han dejado de circular, e implican desde a la Mafia hasta a la familia Kennedy. Pero hay otros misterios en torno a Marilyn. ¿Quién era de verdad? Cada época tiene su Marilyn. Retratada a veces como una mujer objeto, con perspectiva aparece bajo una luz distinta.
“Nuestra perspectiva ha cambiado un poco con lo que llamamos el posfeminismo o el feminismo de la tercera ola”, dice Banner desde California. La primera y segunda olas corresponden respectivamente al feminismo de finales del siglo XIX y principios del XX, y al de los años sesenta y setenta. La tercera emerge a finales de los años ochenta. “Se trata de mujeres jóvenes que han defendido que la sexualización que ella hizo de su cuerpo puede realzar el poder de las mujeres, en el sentido de que pueden ganar poder respecto a los hombres a través de su sexualidad, y pueden tomar conciencia de su propia importancia para controlar el uso sexual de su cuerpo”, explica.
Marilyn, añade la autora, “se sexualizó a sí misma a propósito”. “Lo hizo para convertirse en una estrella”, apunta. “Además, estaba concentrada en su carrera. Se veía como una mujer de carrera. Formó su productora, lo que era inusual para una mujer en Hollywood. Se enfrentó a los magnates de Hollywood, hombres poderosos y dominantes. Les echó un pulso y al final ganó. Poco antes de morir firmó un contrato nuevo y muy favorable con 20th Century Fox”.
Uno de los problemas de Marilyn, según Banner, fue “mezclarse con hombres con los que no debería haberse mezclado” (y cita entre otros a Frank Sinatra: “Era muy peligroso”). Otro problema era que “carecía de un término para denominar lo que le hacían”. El feminismo político no había nacido. “Era muy progresista, si es que no era socialista, así que disponía de una terminología para describir el maltrato de las personas”, dice. “Pero no disponía de un término para describir cómo la trataban a ella. Sabía que la explotaban e intentó combatirlo, pero no tenía un punto de vista político para ponerlo en perspectiva”. ¿Socialista, Marilyn? “Justo antes de morir, aquella primavera, se declaró a favor de Fidel Castro, y estaba a favor de cualquier sistema político que tratase a las pesonas con igualdad, política y económicamente”.
Uno de los problemas de Marilyn, según Banner, fue “mezclarse con hombres con los que no debería haberse mezclado” (y cita entre otros a Frank Sinatra: “Era muy peligroso”). Otro problema era que “carecía de un término para denominar lo que le hacían”. El feminismo político no había nacido. “Era muy progresista, si es que no era socialista, así que disponía de una terminología para describir el maltrato de las personas”, dice. “Pero no disponía de un término para describir cómo la trataban a ella. Sabía que la explotaban e intentó combatirlo, pero no tenía un punto de vista político para ponerlo en perspectiva”. ¿Socialista, Marilyn? “Justo antes de morir, aquella primavera, se declaró a favor de Fidel Castro, y estaba a favor de cualquier sistema político que tratase a las pesonas con igualdad, política y económicamente”.
Ahora Marilyn tendría 86 años. Si no hubiese muerto, su biógrafa imagina que, gracias a los nuevos medicamentos, habría controlado el síndrome maníaco-depresivo, habría adoptado hijos y posiblemente se habría convertido en una actriz de teatro. “Quizá habría madurado hasta ser una actriz mayor como Marie Dressler, que era una buena actriz de personajes”, dice. “Pero también podría haberse convertido, todavía más, en una drogadicta, una alcohólica, y haber acabado en una institución de salud mental”
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