La crisis diplomática por el dragado del canal Martín García llevó a que las relaciones entre Argentina y Uruguay estén en su peor momento, al punto que por primera vez aparecen fisuras en el vínculo personal entre los presidentes.
El gobierno uruguayo no tiene dudas que la presidenta argentina, Cristina Fernández, respalda la agresiva política de su canciller Héctor Timerman hacia Uruguay, desplegada en las últimas semanas. Sin embargo, en el entorno del presidente José Mujica la estrategia es el "silencio institucional hasta que la situación decante", dijo ayer a El País una fuente de la Torre Ejecutiva.
En el Poder Ejecutivo preocupa que la crisis diplomática termine afectando aún más el relacionamiento personal entre los presidentes, una carta que Mujica se ha encargado de hacer jugar en situaciones anteriores cuando la diplomacia profesional no dio resultados.
El enfrentamiento entre los cancilleres congeló en los hechos la posibilidad de llevar el canal Martín García de 32 a 34 pies, cuestión que el gobierno considera prioritaria para el comercio nacional, y que ha sufrido reiterados retrasos debido a decisiones de la Cancillería argentina y la delegación de ese país ante la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP).
El Poder Ejecutivo aún no cuenta con información de si este mal momento de la relación diplomática incidirá en otros asuntos, como el comercial y el energético. Aguarda con expectativa que le lleguen estos datos.
Ante esta situación, el Poder Ejecutivo decidió llamarse a silencio y aguardar a que desde el gobierno argentino se transmita qué camino quiere transitar con Uruguay.
Eso acordaron el presidente Mujica, el canciller Luis Almagro y el embajador en Argentina, Guillermo Pomi, en una reunión que mantuvieron el lunes. Según fuentes oficiales, es la primera vez que estos tres protagonistas se reúnen exclusivamente por una situación puntual con Argentina.
Los nueve comunicados del canciller Timerman emitidos en las últimas semanas referidos a Uruguay no pudieron hacerse sin la autorización de la presidenta Fernández, por lo que es claro que la mandataria respaldó lo actuado por su canciller, dijo una alta fuente diplomática a El País.
Uruguay emitió tres comunicados, dos de ellos firmados por el canciller Luis Almagro, y contaron previamente con la aprobación del presidente José Mujica, agregó la fuente. Luego el gobierno decidió no responder más comunicados de la Cancillería argentina.
CRISTINA MOLESTA. Lo que molestó a Fernández fue el informe del Tribunal de Cuentas referido a la actuación de la delegación uruguaya ante la CARP -que marcó dudas sobre la regularidad de la ampliación del contrato con la empresa Riovia para el mantenimiento del dragado del canal Martín García- y la repercusión que tuvo en medios de comunicación locales y luego argentinos, expresaron fuentes diplomáticas en Buenos Aires.
Sin embargo, autoridades de la Cancillería uruguaya que prefirieron mantener su identidad en reserva recordaron que la auditoría fue reclamada por Timerman y que los vicecancilleres de ambos países acordaron y cumplieron en divulgar en las páginas web de cada institución las conclusiones.
En la Cancillería, por el momento, no prevén ningún encuentro entre Mujica y Fernández y tampoco hay una cumbre regional en breve plazo en la que pudieran reunirse, como lo hicieron en Brasilia el pasado 31 de julio.
"Hay que dejar que decante", dijo uno de los consultados. "Silencio de radio a nivel institucional y esperar que Argentina se contacte o abra algún canal de dialogo", añadió.
LA RAZÓN. Varios de los consultados en ambos lados del Plata coincidieron en que el cruce de notas entre los cancilleres fue uno de los principales desencadenantes del mal momento actual de la relación bilateral.
Sin embargo, una alta fuente de gobierno sostuvo que si bien el intercambio entre los cancilleres fue duro, para Mujica y Almagro "hay algo por encima" del cruce de comunicados que llevó a que Fernández tensara la relación.
Mujica buscó y logró acercarse al matrimonio Néstor Kirchner-Cristina Fernández durante el gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010), primero como senador y luego como candidato presidencial.
Esa cercanía fue destacada públicamente por los Kirchner y Mujica y permitió la realización de varios encuentros personales y conversaciones telefónicas. Sin embargo, eso no fue suficiente para concretar avances en algunos puntos que el gobierno estima relevantes para Uruguay, en especial el referido al dragado del canal Martín García.
Ya en diciembre pasado, Fernández y Mujica discutieron en la cumbre del Mercosur realizada en Montevideo, al punto que el presidente uruguayo rompió una patilla de sus lentes al golpearlos sobre una mesa.
En Brasilia, el pasado 31 de julio, se encontraron nuevamente y en el gobierno había muchas esperanzas que de allí saliera un acuerdo político que permitiera lanzar la licitación para el dragado del canal. Pero no fue así y tras el encuentro Mujica anunció que no hablaría públicamente del asunto a fin de no entorpecer las negociaciones con Argentina.
CUMBRE. En tanto, la oposición no tuvo respuesta al planteo del líder de Alianza Nacional, el senador Jorge Larrañaga, de una cumbre de líderes para fijar una estrategia común respecto a Argentina.
La propuesta de Larrañaga contó con el respaldo de dirigentes de los otros partidos de la oposición. Todos aguardan la contestación del presidente.
Ayer, la Concertación Republicana Nacional, sector blanco liderado por el senador Jorge Saravia, expresó su "malestar" con el canciller Almagro, y reiteró que "lo desconoce como ministro de Relaciones Exteriores", además de solicitar la renuncia de todos los miembros de la CARP. "Las negociaciones del gobierno con Argentina son un fracaso", expresó Saravia.
Los protagonistas de la crisis
JOSÉ MUJICA
Presidente de Uruguay
Su estrategia es el diálogo. Ha dicho que está dispuesto a "comer sapos" para mantener la relación bilateral en buenos términos. En momentos complicados buscó la solución en el "mano a mano" con Cristina Fernández. Cedió en diversos temas que Argentina exigió pero no ha tenido la reciprocidad esperada.
FRANCISCO BUSTILLO
Presidente CARP
Informó a sus superiores haber sido víctima de un supuesto intento de soborno de la empresa Riovia. Lo confirmó al TCR pero relativizó la versión ante el Parlamento.
RIOVIA
Empresa encargada de dragar el canal Martín García
La empresa niega haber intentado sobornar a Bustillo, e incluso desmiente que el diplomático se haya "levantado e ido" de la reunión. Dice ser víctima de un "tiroteo entre países".
HÉCTOR TIMERMAN
Canciller argentino
Implacable desde que se conoció la auditoría del Tribunal de Cuentas sobre la CARP. Ha detenido las negociaciones para dragar el Canal Martín García y ahora desempolvó dos reclamos: la producción de UPM y la importación ("indebida") de autos de lujo que hizo Bustillo en 2007.
LUIS ALMAGRO
Canciller uruguayo
Está en el medio de varios frentes. Ha mostrado voluntad de lograr acuerdos con Argentina pero ha sido castigado por la cancillería de ese país y por la oposición local, que cuestiona con dureza el rumbo de la política exterior. Ha sido desautorizado por Mujica.
CRISTINA KIRCHNER
Presidenta de Argentina
Se muestra simpática y afectuosa en cada encuentro con Mujica, pero no cede mientras la posición de su país en la relación bilateral se endurece cada vez más. Su canciller, Héctor Timerman, no da un solo paso sin consultarla.
ROBERTO GARCÍA MORITÁN
Ex vicecanciller de Argentina
Diplomático argentino que habría hecho los contactos para que Riovia pagara el soborno y mantuviera su contrato de dragado del canal. Ayer rompió el silencio y negó la versión de la reunión que dio Bustillo.
Embajador desmintió la versión de Bustillo
El embajador y exvicecanciller argentino Roberto García Moritán, publicó una columna ayer en el diario Clarín, en la que sostuvo que es falsa la versión de que hizo gestiones para beneficiar a la empresa Riovia y cargó contra el jefe de gabinete de la Cancillería uruguaya, Francisco Bustillo. El diplomático se refirió a la reunión que mantuvo con Bustillo en el Jockey Club argentino y a la que, presuntamente, un representante de la empresa llegó para ofrecer un soborno. Tildó de "temerarios" los dichos de Bustillo, de que una conversación de la que participó pudo haber terminado en soborno. Sostuvo que ese encuentro fue en 2010, que Bustillo no se retiró de manera abrupta como dijo, "sino que lo hizo junto con el representante de la empresa involucrada (Riovia) y caminando por la Avenida Alvear". Agregó que de haber sido cierto lo expresado por Bustillo, no es comprensible que siguiera reuniéndose con Riovia. "Es que de haber existido el supuesto soborno, lo lógico y elemental hubiera sido que no quiera tener relación alguna con la empresa involucrada". "Espero que Bustillo y otras autoridades uruguayas que se han hecho eco de la cuestión respondan ante la Justicia, ya que el daño moral que me han efectuado supera lo imaginable", concluyó.
Ayer, la diputada argentina Elisa Carrió visitó Montevideo, donde dijo que Uruguay "no se merece una compañera tan chabacana como Argentina". En un ciclo organizado por ADM, la dirigente opositora argentina consideró que "los uruguayos están siendo muy educados en el relacionamiento" con Argentina. "A determinados gobiernos hay que ponerles límites, si no, te llevan puesto", dijo. Pidió perdón "en nombre de millones de argentinos", por las relaciones con Uruguay que calificó de "una vergüenza histórica" e instó a Mujica a actuar como "un buen vecino", aunque "manteniendo distancia". Dijo que los cuestionamientos argentinos a Bustillo son una "represalia por haber denunciado corrupción".
El País Digital
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