Cristina Fernández de Kirchner es la presidente más rica de América Latina por detrás del chileno Sebastián Piñera. Su patrimonio se hizo ayer público y en él detalla, un año más, sus riquezas, sociedades, hoteles, depósitos y bienes e inmuebles conocidos. Sus hijos, al no vivir con ella y ser mayores de edad, declaran de forma independiente.
Fernández de Kirchner heredó más de treinta y un millones de pesos tras la muerte de su marido, —en octubre del 2010—, equivalente a unoscinco millones y medio largos de euros, según el cambio oficial de la moneda. A esta cifra hay que añadir otro pellizco de generación propia de la jefa del Estado, fruto de las rentas de sus hoteles y depósitos que redondean su fortuna en casi cuarenta millones de pesos (más de siete millones de euros). Dicho esto, la declaración jurada de la viuda de Kirchner, dentro del plazo límite que impone la ley, arroja un elemento, en apariencia, inquietante para ella. Este año, en realidad en el 2011, es más pobre pese a la herencia recibida, que en el 2010 cuando con su marido reconocían tener juntos setenta millones de pesos, unos doce millones y medio de euros.
La reducción global de sus haberes se debe a la testamentaría del difunto expresidente. El patrimonio se dividió en un 50 por ciento para la viuda y el otro a partes iguales entre Florencia y Máximo, los hijos de la pareja, ambos sin oficio. Pero, en lo que afecta a su patrimonio exclusivamente personal, Fernández lo incrementó un 14 por ciento.
Los que miran con lupa los ingresos, egresos y bienes de la mujer más poderosa del país, advierten que las sociedades donde se distribuye su patrimonio son familiares. Es decir, los accionistas son, casi en exclusivo, ella y Máximo. También que el valor de las propiedades no es el de mercado sino el fiscal lo que reduce sensiblemente los números. De igual modo, Clarín, el periódico que más detesta la presidenta junto con La Nación, observa que en su declaración no dice nada, «sobre la compra de dos departamentos y ocho cocheras (garajes) en el exclusivo edificio Madero Center de Puerto Madero —el barrio más caro de Buenos Aires—, valuados en más de dos millones de dólares» pero lo justifica porque «están a nombre de Los Sauces S.A», la empresa que comparte con Máximo y no está obligada a contarlo.
La Oficina Anticorrupción donde los funcionarios de Gobierno están obligados a presentar anualmente su declaración, consignó que la presidenta, reelecta con más del 54 por ciento el pasado octubre, no mintió cuando anunció —invitada por un locutor de radio— que iba a «pesificar» unos «dolarcillos» como se refirió al depósito de más de tres millones de dólares en un acto en el que instó al resto de su Gabinete a seguir sus pasos. En resumen, la situación patrimonial de la jefa del Estado incluye su casa de Río Gallegos (Sur de Argentina), un piso en la Recoleta (equivalente al barrio de Salamanca en Madrid), sus dos hoteles del sur, Los Sauces y Alto Calafate más la mitad de las 25 propiedades que estaban a nombre del ex presidente y, como recuerda hoy la mayoría de la prensa argentina en primera plana, salvo la oficial, los polémicos terrenos del Estado que compró a poco más de un euro el metro cuadrado y hoy valen fortunas. Eso, sin contar que cobra todos los meses veinticinco mil pesos, unos 4.500 euros más los setecientos y pico mil euros de rentas y alguna que otra minucia.
tomado de http://www.abc.es/20120808/internacional/abci-kirchner-presidenta-rica-pinera-201208071636.html
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