martes, 30 de abril de 2013

IRREVERENCIA DE KIRCHNER CON LOS REYES DE HOLANDA


El vínculo protocolar de Máxima y los Kirchner


2 de febrero de 2002. Una fecha histórica para Holanda. El país se vistió de naranja para celebrar la boda del príncipe Guillermo Alejandro de Orange, el heredero al trono, con la argentina Máxima Zorreguieta. Ese mismo día, en el país natal de quien se convertiría en una de las princesas más populares de Europa, se cumplía un mes de la presidencia del peronista Eduardo Duhalde, después de la peor crisis económica, política y social desde el regreso de la democracia.

Máxima, quien mañana será coronada como la nueva reina de los Países Bajos, siempre mantuvo presente a su país, al cual debió renunciar formalmente para poder casarse con Guillermo y formar parte de la casa real holandesa. Además de viajar a su país para visitar a parientes y amigos, la economista impulsó el primer viaje oficial de la reina Beatriz a la Argentina, en 2006, y dos años más tarde se reunió con la entonces flamante presidenta Cristina Kirchner, con quien volvió a cruzarse este año en el Vaticano. Así se forjó una relación simplemente cordial.

Después de unas vacaciones familiares por la Patagonia y Punta del Este, la reina Beatriz y los príncipes Guillermo y Máxima arribaron a Aeroparque el jueves 30 de marzo de 2008 para iniciar la primera visita de Estado de la casa real holandesa al país.



Al mediodía, después de aterrizar, los tres se dirigieron hacia la Casa Rosada, donde fueron recibidos por el entonces presidente, Néstor Kirchner, y la primera dama y senadora, Cristina Fernández de Kirchner.

"Hola, ¿cómo estás?, ¿qué decís?". Así la recibió la entonces senadora a Máxima. Sólo a ella la tutearon en aquellos dos días que duró la visita. Guillermo era "Su Alteza", y la reina, "Señora", como les habían indicado desde Cancillería, en ese momento encabezada por Jorge Taiana.


 Máxima, Guillermo, Beatriz, Néstor y Cristina Kirchner, en la Casa Rosada, en 2006.   Foto: Archivo

Previo paso por el hotel Alvear Palace, donde los representantes de la realeza holandesa se vistieron de gala, Beatriz y los príncipes se dirigieron al Palacio San Martín, sede de la Cancillería, para la cena organizada por el gobierno argentino en su honor.

"Quisiera elevar mi copa por la felicidad y ventura de todos los aquí presentes. Majestad [por la reina Beatriz], no olvidamos que su país fue refugio para quienes debieron abandonar nuestro país para escapar de la persecución del terrorismo de Estado", dijo Néstor con la copa en alto frente a Cristina y Scioli, entre otros invitados. Allí también brindó por Máxima, "la querida princesa a la que seguimos sintiendo argentina".


 A la cena también asistió Daniel Scioli, quien era vicepresidente en ese momento.   Foto: Archivo

Por la noche, en una ceremonia planeada para que los Orange despidieran al matrimonio Kirchner, un gesto del ex presidente desentonó. La realeza holandesa había organizado una gala en el Teatro Colón para honrar y agradecer a las autoridades del gobierno argentino con un cocktail y la actuación de la compañía de ballet holandés Introdans.

Sin embargo, sin previa notificación, Néstor Kirchner se ausentó. Envió en su lugar a la primera dama, mientras él viajó a Santa Cruz para descansar. También estuvieron presentes Scioli y su mujer, Karina Rabolini, pero el protagonismo de la noche se lo llevó la ausencia del presidente, fuertemente criticada por la prensa holandesa.


El Presidente decidió descansar en Santa Cruz.

"Es un escándalo, un desplante de proporciones éticas", fueron los comentarios de la prensa holandesa en el primer piso del Teatro Colón, donde se desarrollaba el cóctel y la presentación de Introdance, una compañía de danza moderna de los Países Bajos.

Es que, de la misma manera que la reina y los príncipes fueron anteayer al Palacio San Martín para ser agasajados por el gobierno argentino, ellos esperaban la misma respuesta por parte del Presidente.

En ausencia de Kirchner, la realeza holandesa agasajó a la primera dama; al vicepresidente, Daniel Scioli, y a su mujer, Karina Rabolini.

a ausencia del presidente Néstor Kirchner en la gala que la reina Beatriz de Holanda ofreció en el Teatro Colón en honor del primer mandatario, despertó críticas en los medios holandeses. Algemeen Dagblad tituló: "El anfitrión argentino insulta a la reina". El diario dice que el anuncio de que el presidente Kirchner estaba "muy ocupado" para asistir al show de danza ofrecido por una compañía holandesa y organizado por la Casa Real fue "un insulto a nuestra reina".

El NRC Handesbladm, el más importante de Holanda, tituló: "Recibimiento poco cortés en Argentina". Dentro del artículo dice: "Casi ningún interés público y un residente argentino muy poco cortés." En otro de los párrafos, continúa: "Un vocero del Servicio de Información de la Casa Real dijo no poder recordar alguna otra ocasión en la que el anfitrión de una visita oficial hubiese faltado a un evento ofrecido por el huésped".

Por último, De Volkskrant, eligió no titular con el plantón, pero ese escribió: "Habitualmente, [el Presidente] tiene dificultad para dedicar tiempo a las visitas de Estado. Hace un tiempo, dejó esperando al presidente sudafricano, Thabo Mbeki, en un aeropuerto". .


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