viernes, 7 de marzo de 2014

Situación político-militar en Venezuela

Abogado Rocío San Miguel




"El desfile militar del día de ayer fue el más partidista de la historia de lo que uno puede recordar, con el rostro de Chávez, sinónimo de caudillismo militar", comentó el jueves desde Caracas la abogado venezolana Rocío San Miguel, experta en derechos humanos, seguridad y defensa, como panelista del videoforo "La situación político-militar en Venezuela", coorganizado por el periodista Andrés Correa Guatarasma y la Asociación Venezolano Estadounidense (VAAUS), fundada en 1936.




Destacó que la presencia de "sólo tres mandatarios" extranjeros ayer en Caracas significa "un cambio de 180 grados" en el apoyo internacional al gobierno de Maduro. Aunque destacó que países como Rusia y China, los grandes proveedores de armas a Venezuela, buscarán preservar esa "estrategia comercial de comprador confiable".



Confirmó además que en la parada militar del miércoles "faltaron representantes de todas las divisiones", pero enseguida aclaró que ello no alimenta la posibilidad de "una irrupción militar, como manosea la esperanza colectiva". Al contrario, San Miguel insistió en destacar que los uniformados se mueven por un "pragmatismo de supervivencia. La historia nos ha enseñado que las Fuerzas Armadas se cambian de bando sin pudor alguno sólo cuando hay una alternativa real de poder y eso todavía no es olfateado en Venezuela".

Consultada sobre las cabezas del poder actual en el país, destacó que los ministros Rafael Ramírez y Miguel Rodríguez Torres gozan de una cuota muy importante en la toma de decisiones, mientras "el alto mando militar está totalmente partidizado a favor de la revolución".




En el ínterin reporta que las investigaciones de la organización no gubernamental "Control Ciudadano", que ella preside, apuntan a que hay una "combinación en la operatividad" entre los colectivos armados y la Guardia Nacional, "con direcciones impartidas desde el alto mando político: Diosdado Cabello y Freddy Bernal".

En su pronóstico a mediano plazo, prevé que la OEA tendrá una intervención "sólo declarativa", y descartó "la posibilidad de guerra civil en Venezuela. Pero sí una violencia estructural que en el peor de los casos se prolongaría una década". Por eso advirtió que "hay que trabajar muchísimo el sistema de protección de derechos humanos".

"Esa violencia estructural no abarca el concepto de guerra civil pues para ello tendría que producirse una división que genere al menos dos bandos armados con capacidad de fuerza sostenida".

Su balance, luego de tres semanas de agitación en toda Venezuela es que "el pueblo democrático ha perdido el miedo. Hay una indeclinable voluntad de permanecer en acción. La protesta es una conquista social". Adicionalmente, dijo, es importante "tener una presión política constante a través de demandas y propósitos que le muestren alternativas de poder al estamento militar. Hay que trabajar en equipos de varios frentes. Un ejemplo de esos propósitos es insistir en la necesidad de renovar el padrón electoral", destacó San Miguel, quien también ha sido asesora del Comité Internacional de la Cruz Roja.



"Descontento en la Fuerza Aérea y en la Armada"




"Soy un fugitivo, aún no tengo asilo", destacó el vicealmirante (r) Mario Iván Carratú, el segundo panelista del videoforo, desde Denver, Colorado, a donde viajó en diciembre por razones familiares con el plan de volver a Caracas en enero. Pero "cuando iba a regresar a Venezuela fui alertado por unos militares activos de que el ministro del interior me estaba preparando un expediente por conspirador. Él, Rodríguez Torres, fue la persona que atacó la Presidencia la noche del 3 de febrero de 1992, siendo yo Jefe de la Casa Militar".

Carratú detalló la anécdota al tratar de entender las razones de esa supuesta conversación "conspirativa" entre él y Fernando Gerbasi divulgada por VTV a mediados de febrero, lo que le generó una orden de captura a ambos desde la Fiscalía General y el allanamiento de su residencia en Caracas. "Por suerte esta situación me sorprendió estando aquí. De haber sido en Venezuela igual no me hubiese dejado atrapar".

Destacó que mantiene comunicación con militares activos, lo que permite afirmar que "hay un creciente descontento, especialmente en la Fuerza Aérea y la Armada. El gobierno lo sabe y por eso desconfia". Aunque agregó que en Venezuela "no hay solidaridad. A los militares que se han pronunciado nadie los nombra. A Simonovis sólo lo mencionan buscando un rédito político. La sociedad venezolana está atrapada en un callejón sin salida. Pero yo estoy trabajando porque se produzca una ruptura militar que nos lleve a una transición, que puede ser muy larga".





Para el vicealmirante (r) la situación actual de "ataques brutales" cometidos contra civiles desarmados es consecuencia de la "desprofesionalización" de las fuerzas militares, pues quienes hoy lideran el gobierno "son los mismos que intentaron los dos golpes de estado de 1992 y (aún así) en 1998 el pueblo los llevó al poder". Eso genera que hoy entre los militares haya "desconfianza y falta de la comunicación necesaria para lograr una transición política y la paz".

Según Carratú, el militar promedio "ve contradicciones" entre los cuatro líderes de la oposición: López, Capriles, Machado y Ledezma". Y destacó la necesidad de discutir temas claves, "como por ejemplo: ¿cuántos somos actualmente los venezolanos. Las cifras han sido infladas por razones electorales. Hay muchos infiltrados. Todos los cubanos que han llegado son milicianos". Eso, insistió, es uno de los puntos fundamentales que la oposición debe poner en agenda de cara a una nueva etapa.

Para Carratú, quien además fue agregado militar de la Embajada de Venezuela en Washington, la situación de la presencia de "cubanos, iraníes, rusos y bielorrusos, por la sinvergüenzura de algunos presidentes, es un problema geopolítico que se exporta y ni el gobierno de Venezuela lo puede controlar. El próximo objetivo es Colombia".

En el foro destacó la presencia de Michael Skol, exembajador de Estados Unidos en Caracas (1990-93), Dayana Mendoza (Miss Universo 2008) y el diseñador Ángel Sánchez, entre empresarios, analistas financieros, periodistas y otros profesionales de diversas nacionalidades.




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