La Presidente se apartó premeditadamente del problema energético. De vacaciones en El Calafate, Cristina Kirchner sólo reapareció para negar una candidatura en 2015, pero nada dijo de la crisis eléctrica. En “su lugar en el mundo”, Cristina mantiene el silencio, no recibe visitas “oficiales”, hace caminatas y sale de compras y espera a su familia para pasar la Fiesta de Fin de Año.
Acompañada por el equipo de la Unidad Médica Presidencial, Cristina espera la llegada de sus hijos Florencia y Máximo (con su pareja Rocío García y su hijo Néstor Iván) el día 30, para celebrar en la intimidad familiar el año nuevo.
Hay una rutina de Cristina Kirchner que no se altera: caminatas en el gran parque de la casa y también por la parte trasera cercana al hotel de su propiedad, Los Sauces. En la esquina del costoso hotel boutique también hay un vehículo que pertenece a la custodia presidencial. La gran manzana es monitoreada con más de 15 custodios. “Gendarmería también patrulla la zona”.
En su estadía, la Presidenta incorporó una inhabitual salida al centro. Hace unos días estuvo de compras: algunas plantas para su jardín (azareros y agapantos) en un tradicional vivero. “La vimos muy alegre, sin el luto. Se sacó fotos con algunos de nosotros, nos saludó algo que hace mucho no hacía”, contó a la corresponsal de Clarín una comerciante de la avenida San Martín.
En La Cámpora creen que esto la preserva y sobrevuela la crisis. "No la sobrevuela nada. La afecta", opinó un experto en estrategia de comunicación oficial. "La crisis se superará en estos días. Pero el malhumor social quedará, aunque no con un nivel de movilización", reflexionaba un funcionario de la Presidente.
Además, consideran que Cristina comparte ese desgaste con el jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y las empresas Edenor y Edesur. "Nos culpan a todos", dicen.
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