“… Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad…” Arthur Schopenhauer (1788-1860)
Según el más reciente informe, el Country Reports on Terrorism 2013 , las FARC ejecutaron un total de 830 actos de terrorismo durante el año 2013, para lo cual contaron con “… la actitud permisiva de Venezuela… (que) ha llevado a que miembros de las FARC y el ELN, se refugien en ese país…”
Ambas especies, primero lo referido esa actitud permisiva de Venezuela y segundo, que miembros de esos grupos terroristas se refugien en Venezuela, quedan suficientemente sustentados en las evidencias que los mismos medios han hecho públicas.
Ese más alto nivel responsable directo por la seguridad pública en Venezuela, está en manos del mayor general Miguel Eduardo Rodríguez Torres, Ministro del Interior; por sobre él, sólo el tal Nicolás; ese colombiano a quien el G2 le forjó una identidad como Nicolás Maduro Moros.
Por tanto, la permisividad y territorio de refugio para criminales, tiene responsables con nombres y apellidos; por tanto, responsables también en parte o en todo, de esos ochocientos y tantos actos terroristas.
Hasta lo confiesan
En diciembre de 2013, durante una rueda oficial de prensa, el Ministro del Interior MG Miguel Eduardo Rodríguez Torres (MERT), cuando una periodista de la cadena colombiana Caracol lo precisa sobre la detención y liberación del guerrillero de las FARC Rafael Gutiérrez, su respuesta fue tajante:
MG Miguel Eduardo Rodríguez Torres declara a Caracol
“… Yo no tengo información de la captura de ese caballero aquí…”
¿Caballero?
Lo de caballero parece ser entonces, como una expresión rutinaria y para asuntos “especiales” en boca de los más altos voceros del régimen.
Una muy particular que, específicamente, refiere una conducta precisa y que es para denominar una modalidad de elaborado procedimiento que, bajo condiciones controladas y aún siendo responsables, deja en libertad absoluta a los criminales designados bajo el apelativo de “Caballero”.
Tal fue el caso del “Caballero Goveia”; esa fue la precisa expresión de Hugo Rafael Chávez Frías para referirse al asesino Joao De Gouveia, quien fuera condenado por asesinato el 06/12/02 en Altamira, a 29 años 11 meses.
Detalle
Sin embargo, el procedimiento pautado pareciera está a la vista; sin cumplir la condena, en silencio, “El Caballero” Joao de Gouveia, hoy se desempeñaría como Secretario de la Embajada de Venezuela en Costa Rica.
Resulta que este otro tal “Caballero” Rafael Gutiérrez, no fue tan silencioso y comedido y dejó a Miguel Eduardo Rodríguez Torres, literalmente, con las posaderas al aire.
Carlos Antonio Lozada
Hombre fuerte FARC Sur Oriente Colombia
Así, Carlos Antonio Lozada, el hombre fuerte del Frente Sur Oriental de Colombia, no sólo ordenó degradar al “Caballero” Rafael Gutiérrez; dispuso retirarlo de la zona de fronteras y a partir de esas dos decisiones, desapareció.
Desaparecido, si; pero pareciera que de aquel lado de la frontera.
Veamos detalles del informe
Cuando este “Caballero” Rafael Gutiérrez redactó y envió su informe escrito, dirigido vía e–mail a su superior, el comandante Jorge Briceño del Estado Mayor del Bloque Oriental de las FARC, fechado el 18/12/2013, dejó algunas evidencias que bien podrían ser, probanzas del citado procedimiento del cual dispone a voluntad, el alto mando militar y civil del régimen:
“… tuvimos hablando como cinco minutos con el sargento, le dije que éramos guerrilleros de las FARC…
… me preguntó que para donde íbamos o qué hacíamos por esos lados, le dije que íbamos para una finquita y de allí sacábamos unos enfermos que llevamos para unos exámenes médico…
… le dije que negociáramos para que no un hubiera un escándalo, ni hubieran más problemas…”
Puntualizando
La información de Caracol señala que fueron detenidos y entregados a la DIM en la población de Guasdualito, estado Apure y allí, según lo expresa en su informe el “caballero” Rafael Gutiérrez, se encontraron con un amigo.
“… David es el responsable del DGIM en el Alto Apure, él hacía como un mes me había mandado a decir que quería hablar con migo…”
Luego David lo llevó a una finca cercana a Guasdualito donde estuvo nueve días y posteriormente, lo soltarían, como leemos cuando precisa en su informe:
“… al otro día de haber llegado allí, me llevaron el computador y las memorias y los teléfonos y demás chécheres… … El armamento lo entregaron el día 13 que viajamos para donde el camarada Mauricio…”
¿Será irrelevante, intrascendente o de pasar la página (MUD dixit)?
Imposible aceptar que un Ministro del Interior en funciones, a tenor y para más, un mayor general activo del Ejército de Venezuela:
No haya recibido en el término de la distancia, la comunicación directa de la detención de la columna guerrillera en Apure, ese mismo miércoles cuatro de diciembre 2013.
Menos aún es posible aceptar que esos integrantes de la columna guerrillera hayan sido trasladado no a la cárcel, no a unos calabozos, sino a una finca cercana a la población de Guasdualito.
Tampoco que sin expresa orden del citado ministro, le haya sido devuelto a Rafael Gutiérrez, el computador y las memorias.
Muchísimo menos que nueve días después de esa detención, el contingente guerrillero haya sido trasladado a otra finca en el mismo estado Apure donde estaba un jefe de las FARC de seudónimo “Mauricio”.
Armas equipos bélicos decomisados y devueltos al liberarlos
Y que ese mismo día viernes trece de diciembre del 2013, le hayan devuelto las armas y equipos bélicos a todos los integrantes de la columna guerrillera y hayan sido puestos en libertad.
Esa expresa extraña conducta del Jefe de Estación de Inteligencia Militar en Guasdualito, identificado como David, no es una que pueda adoptar en expreso un funcionario subalternos, sin tener a mano, contar con el respaldo, instrucciones y hasta órdenes oficiales por escrito emanadas de superiores de más alto nivel jerárquico.
Sin la más mínima duda posible de esgrimir, para que esos seis puntos hayan sido ejecutados en esas condiciones, no está en manos de subalterno, delegado o comisionado. La envergadura del asunto, las decisiones y sus derivados no pudieron jamás, estar fuera del conocimiento y control directo del Ministro del Interior y quedarían sólo dos posibilidades:
Y que ese mismo día viernes trece de diciembre del 2013, le hayan devuelto las armas y equipos bélicos a todos los integrantes de la columna guerrillera y hayan sido puestos en libertad.
Esa expresa extraña conducta del Jefe de Estación de Inteligencia Militar en Guasdualito, identificado como David, no es una que pueda adoptar en expreso un funcionario subalternos, sin tener a mano, contar con el respaldo, instrucciones y hasta órdenes oficiales por escrito emanadas de superiores de más alto nivel jerárquico.
Sin la más mínima duda posible de esgrimir, para que esos seis puntos hayan sido ejecutados en esas condiciones, no está en manos de subalterno, delegado o comisionado. La envergadura del asunto, las decisiones y sus derivados no pudieron jamás, estar fuera del conocimiento y control directo del Ministro del Interior y quedarían sólo dos posibilidades:
A) Miguel Eduardo Rodríguez Torres, MinInterior de Venezuela en funciones, tomó la decisión en todos y cada uno de los seis puntos citados, la transmitió y verificó su precisa ejecución.
B) Miguel Eduardo Rodríguez Torres, como afirmó a la periodista de Caracol, sorprendido por la pregunta y carente de la información, no sabía para ese momento absolutamente nada; menos de todo eso relacionado con la detención de Rafael Gutiérrez y su columna guerrillera, de computadores, memorias, armas y demás aperos, en cuyo caso y en este caso, adoptó una conducta que lo califica como un perfecto imbécil, quien quizás arrastrado por el hacer de subalternos incontrolados; a quienes, pareciera, frente a estas demostraciones de autonomía, les teme y no se aventura a controlar.
MERT y el estado Apure
Salvo específicas instrucciones del más alto nivel de mando en Venezuela, no es posible entender esa camaradería entre los militares a cargo de la custodia en la frontera y las bandas paramilitares de las FARC operando a su albedrío; entrando a territorio venezolano y ostensiblemente armadas; asumimos que, por experiencia e instrucciones superiores, no sería ésta la conducta de los efectivos acantonados en la frontera, teniendo como referencia, la Masacre en la base militar de Cararabo.
La superficie del estado Apure, tal como ha quedado suficientemente comprobado por las observaciones y registros internacionales en tres lustros; es un área de concentración tanto de las “fincas” de alivio para el Secretariado de las FARC, como de los movimientos de contingentes en movimiento de evasión de confrontaciones con ejercito colombiano, como por razones de salud, tratamiento o descanso de tropas; pero también la plataforma para depósito, estibado y de lanzamiento del mayor volumen físico de su mayor rubro y negocio de exportación hacia USA, Europa y Asia: la cocaína.
Como periódicamente lo informa el CEO MG Vladimir Padrino López, con sus consecutivas inmovilizaciones de aeronaves, van 34; supuestamente dedicadas al transporte de cocaína; pero en sospechosas operaciones donde nunca han aparecido ni las tripulaciones, ni los pasajeros ni las cargas, especialmente aquellas de la supuesta cocaína.
Hasta Diosdado Cabello Rondón, montó su show mediático con la GNB y el decomiso de un cargamento de marihuana; escuche bien no se equivoque, marihuana; esa es la que sirve para los shows, la cocaína no; esa es para el negocio con las FARC, el Cartel de los Soles y sus afiliados.
Es el estado donde Miguel Eduardo Rodríguez Torres, tiene propiedades que están al especial cuidado de su hombre de confianza y principal escolta; el mismo quien recién luego de disparar contra civiles desarmados, fuera vinculado con el asesinato del estudiante Bassil Da Costa en La Candelaria, el funcionario del SEBIN Jonathan José Rodríguez Duarte.
Es el estado donde reside y ejecuta sus actividades comerciales Jorge Rodríguez Galvis, padre del mayor general, a quien desde hace muchos años se le ha señalado como uno de los principales enlaces de las FARC en el Alto Apure.
Conclusión
En definitiva, con esto del escribidor y desaparecido “Caballero” Rafael Gutiérrez, el mayor general Miguel Eduardo Rodríguez Torres, queda evidenciadamente descubierto, como el sustituto del otrora llamado “Rambo venezolano”, Ramón Emilio Rodríguez Chacín (Hugo Chávez dixit) en su importante misión de operador de mayor jerarquía del régimen.
El misionado que mantiene los vínculos directos entre el presidente en funciones, el tal Nicolás, con el Secretariado de las FARC.
De allí la especializada consideración en la detención, confinamiento, atenciones “humanitarias” hasta su libertad absoluta del desaparecido “Caballero” Rafael Gutiérrez.
O por el contrario, Miguel Eduardo Rodríguez Torres, a pesar de tener a su mando directo y desplegado en operaciones, un contingente mayor a los 150.000 efectivos, donde se incluyen desde personal militar de los cuatro componentes de la FANB hasta el civil de la PNB; a los cuales se les suman los grupos paramilitares y de delincuentes –presos o liberados– para la ejecución de las tareas de represión y de terrorismo de Estado sobre la población civil desarmada; con ésta su confesa ignorancia en el caso del “Caballero” Rafael Gutiérrez, decidió evadir señalamientos para asumir el papel de un perfecto imbécil.
Tomado de
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.