La medida de retirar una veintena de miembros del ejército norteamericano, fue solicitada oficialmente por el gobierno de Rafael Correa, el 7 de abril. La decisión fue impulsada por la preocupación del presidente ecuatoriano sobre la presencia de50 soldados en la embajada estadounidense, la cuál a la vez funciona como la base de operaciones del Comando Sur del Departamento de Defensa norteamericano en Ecuador.
Las relaciones entre EE.UU. y Ecuador pasan por "fricciones", según reconoció Correa en una entrevista con la agencia EFE la semana pasada. El mandatario además descartó que se traten de políticas antiamericanistas por parte del Gobierno, pero aseguró que éste siempre denunciará cualquier plan perjudicial para Ecuador y contrario al derecho internacional, algo que "sucede en el caso de EE.UU".
La medida se suma a la congelación de la cooperación de EE.UU. a Ecuador, que se hizo pública en diciembre del año pasado.
Las relaciones entre EE.UU. y Ecuador pasan por "fricciones", según reconoció Correa en una entrevista con la agencia EFE la semana pasada. El mandatario además descartó que se traten de políticas antiamericanistas por parte del Gobierno, pero aseguró que éste siempre denunciará cualquier plan perjudicial para Ecuador y contrario al derecho internacional, algo que "sucede en el caso de EE.UU".
La medida se suma a la congelación de la cooperación de EE.UU. a Ecuador, que se hizo pública en diciembre del año pasado.
LA RESPUESTA NORTEAMERICANA
El general John Kelly, jefe del Comando Sur de EE.UU., lamentó la decisión del país sudamericano señalando que la medida demuestra la pérdida de influencia estadounidense en la región.
Kelly agregó que la tendencia en la región es darle la espalda al gobierno de Barack Obama y centrar su atención en modelos como los de Venezuela, Rusia o China."Ahí es donde ven el futuro de Latinoamérica", añadió.
Luego de la decisión de Correa, el gobierno de EE.UU. decidió cerrar la Oficina de Cooperación para la Seguridad en Ecuador, algo que lamento Kelly. Para el general, los agentes presentes en la sede diplomática eran "expertos con gran conocimiento del gobierno ecuatoriano y trabajaban con ellos en la lucha contra el narcotráfico, un problema real en Ecuador".
Rafael Correa minimiza la salida estadounidense
Ecuador negó ayer que pretenda abrir un conflicto diplomático con Estados Unidos tras exigir la salida de 20 militares y funcionarios estadounidenses acreditados en Quito, y reiteró los planes para que el secretario John Kerry visite el país.
El Gobierno expresó que la salida del grupo militar, dedicado a la cooperación en seguridad, fue acordada con autoridades estadounidenses.
“El grupo era aproximadamente de 50 personas, entre civiles y militares (...). Se ha reducido a unas 20 (...), en principio tendrán que salir hasta el día de mañana (hoy). Eso se lo conversó, no es expulsión”, manifestó el presidente Rafael Correa, a la prensa en Quito.
Agregó: “No me vengan con que eso de que termina la cooperación. Si se termina, qué pena; para nosotros es más importante la soberanía”.
Correa concretó la advertencia que había formulado en enero, y el pasado 7 de abril solicitó el fin de las actividades de la oficina de Cooperación de Seguridad adscrita a la Embajada de Estados Unidos.
Washington no ha anunciado hasta el momento ninguna medida recíproca contra Quito.
John Kelly: Expulsión de militares de Ecuador es pérdida de influencia de EE.UU. en América Latina
El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el general John Kelly, dijo que la decisión de Ecuador de expulsar a 20 agregados militares estadounidenses es una muestra de la pérdida de influencia de Estados Unidos en ese país y en América Latina, en general.
"Las acciones de Ecuador están en línea con la pérdida general de influencia en esta parte del mundo, en América Latina, por muchas razones diferentes", explicó Kelly en una audiencia en la Cámara de Representantes sobre la lucha antidroga.
En opinión de Kelly, Ecuador está optando por dar la espalda a Estados Unidos a favor de otros socios como Venezuela, Rusia o China. "Ahí es donde ven el futuro de Latinoamérica", añadió. El comandante dijo que los agregados que trabajaban en la embajada estadounidense en Quito eran expertos con gran conocimiento del gobierno ecuatoriano y trabajaban con ellos en la lucha contra el narcotráfico, "un problema real en Ecuador".
Estados Unidos cerrará este mes su oficina de cooperación en asuntos de seguridad en Ecuador a petición del Ejecutivo del país latinoamericano.
Al ser consultada si la salida de los militares y civiles que pertenecían al programa podía motivar una medida de reciprocidad por parte de Estados Unidos, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, respondió "no que yo sepa", aunque admitió que debía reconfirmar esa versión, indicó por su parte la Agencia France Press.
Al ser consultada si la salida de los militares y civiles que pertenecían al programa podía motivar una medida de reciprocidad por parte de Estados Unidos, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, respondió "no que yo sepa", aunque admitió que debía reconfirmar esa versión, indicó por su parte la Agencia France Press.
La medida se inscribe en un largo historial de tensiones y "desconfianza mutua" -descrito así por el mandatario- entre Quito y Washington, principal socio comercial del país sudamericano.
En diciembre Correa, en el poder desde 2007, también puso fin a las actividades de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), acusada meses antes de financiar a la oposición, y ha sido uno de los que más ha cuestionado la trama de espionaje global estadounidense revelada por el exasesor Edward Snowden.
"El gobierno ecuatoriano ha dejado en claro que ya no desea esta ayuda de seguridad. El gobierno estadounidense está reduciendo nuestros programas de cooperación en seguridad y trasladará los recursos a otro lugar", comentó Weinshenker.
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