Otra animalada más...
Por Jorge Ramírez Fernández
En su cretinismo incurable no se paseó Maduro por los devaneos injerencistas del difunto cuando con dinero venezolano, a veces a través de la empresa CITGO financió y aun se financia la constitución de “círculos bolivarianos” y otros grupos anti norteamericanos en el propio territorio de los Estados Unidos
La enfermizamente exagerada reacción de Nicolás Maduro que derivó en la expulsión de los 3 funcionarios de la Embajada de los Estados Unidos demuestra su absoluta ignorancia del manejo de los asuntos diplomáticos y el inmenso cretinismo que anida en su cabeza. A esto hay que sumarle el desespero que para él significa el no haber podido demostrar que es venezolano por los cuatro costados como exige la Constitución para poder desempeñar la Presidencia de la República. Algo tan sencillo como exhibir su partida de nacimiento al parecer se le ha hecho imposible. Tan imposible como le fue permitir la revisión transparente de los resultados electorales a la que se comprometió tanto con el país como con UNASUR. Y tan imposible como le ha sido demostrarle a los venezolanos que es capaz de librar una implacable lucha contra la corrupción al no atreverse a investigar el detallito de los treinta mil millones de dólares en importaciones ficticias denunciados tanto por Jorge Giordani, Edmé Betancourt y por el “Pavarotti de la revolución” Mario Silva.
En su cretinismo incurable no se paseó Maduro por los devaneos injerencistas del difunto cuando con dinero venezolano, a veces a través de la empresa CITGO financió y aun se financia la constitución de “círculos bolivarianos” y otros grupos anti norteamericanos en el propio territorio de los Estados Unidos. ¿Cómo deberían reaccionar los gringos ante la relación del gobierno venezolano con un personaje tan pintoresco como Eva Golinger? ¿Qué hicieron los gringos cuando el difunto bocazas a todo pulmón vociferaba que el 11 de septiembre de 2001 fue una trama del propio gobierno de los EEUU? O cuando el irresponsable hablador de pendejadas hoy pastando en las praderas de otro mundo hacía suyas teorías de conspiración absurdas sobre el viaje a la Luna, o tan locas como que una fragata norteamericana tuvo que ver nada menos que con la muerte del mismísimo Libertador Simón Bolívar. Un gobierno serio sabe que hay cosas que no merecen la menor respuesta.
¿Qué actitud tomarían los estupidísimos “jefes” del desgobierno venezolano si en reciprocidad a la entrega de combustible que en el Bronx y otras áreas “pobres” de los EEUU instituyó el súper generoso difunto “Don Regalón”, los gringos decidieran hacer entregas de papel toilette o de otros extraviados productos de la dieta básica en Venezuela? ¿Los acusarían de injerencistas? De unos ineptos incurables se puede esperar cualquier cosa. Mucho más ahora, cuando me dicen que en los cuarteles militares ahora no se grita aquella ridiculez de “Patria, socialismo o muerte” sino que preguntan si ya apareció la partida de nacimiento.
La enorme raya del decomiso de la droga decomisada luego de pasar como Pedro por su casa por toda Venezuela para luego atravesando sin problemas los controles del Aeropuerto Internacional de Maiquetía se embarcó en 31 maletas sin dueño en un avión de Air France sin que hasta ahora halla rodado ninguna cabeza importante sumado a la traidora actitud ante la situación de la Guayana Esequiba o de la presunta decisión de cederle la mitad del Golfo de Venezuela a Colombia más la certeza de la ilegitimidad de Maduro serían otras razones que han impulsado al gobierno, con este trapo rojo de la expulsión de los diplomáticos gringos a cometer otra animalada más.
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