En todos estos meses, desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia, las informaciones sobre intentos de golpes de Estado y presuntos magnicidios, quedaron como chistes paranoicos del gobierno.
La verdad, es que paranoicos están. También inseguros. El Ejecutivo, con militares y civiles armados, financiados y protegidos, que han materializado una brutal represión en Caracas y distintas poblaciones del país, no han logrado tranquilizar en 8 semanas, a una población atormentada por la crisis económica y la inseguridad, que salió a las calles a protestar.
Y es la represión un punto de quiebre en el sector militar. La noche del lunes 24, fueron detenidos tres generales de la Aviación. Maduro al hacer el anuncio, hizo énfasis en que estaban presos y en que los iba a procesar en una evidente violación a los derechos de los altos oficiales a quienes en todo caso les correspondería un antejuicio de mérito. Prometió incluso que daría los nombres, más tarde (martes), en su programa de radio.
Llegó la noche y Maduro –para variar- no cumplió su palabra. La información que se ha manejado es que se encuentran recluidos en la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Los generales fueron identificados como José Daniel Machillanda Díaz, Oswaldo Hernández Sánchez y Carlos Alberto Millán Yaguaracuto. Ninguno estaba en puestos de comando lo que hace imposible su intervención directa en un intento de golpe de Estado.
Los golpes los dan oficiales con tropa. Así de sencillo. En todo caso, Maduro luego de alardear acerca de una conspiración, le bajó el volumen al tema y se limitó a mencionar a la directora de la ONG, Control Ciudadano, Rocío Sanmiguel, como la bisagra entre los presuntos golpistas y la oposición.
Pero el absurdo luego fue peor, lo que contribuye a que Maduro saque 01 en credibilidad: Nicolás invitó a los militares que se pronunciaron en el 2002 a que regresaran al país, a incorporarse a su causa.
Lo que a Maduro le debió parecer una gracia, cayó muy pesado en la FANB. Es más, mientras Nicolás hablaba en cadena nacional, en el teatro de la Academia Militar se realizaba una reunión cordinada por Padrino y comandantes de Componentes –que resultó muy ruda- entre miembros del Alto Mando y capitanes y tenientes de navío. De ese evento, resultaron detenidos 1 capitán de la Aviación y dos del Ejército quienes protestaron por la politización de las FANB y la persecución de quienes piensan distinto.
Además de esos dos temas, en el ambiente de la reunión era obvio que existía molestia por la detención de los tres generales –quienes para los oficiales medios no estaban conspirando, sólo que se atrevieron a expresar su desacuerdo con algunas decisiones y así lo expresaron, en especial las represión-. Al respecto, uno de los capitanes detenidos dijo que él no saldría a reprimir porque eso iba en contra del mandato del comandante supremo.
Finalmente, en esa reunión se sintió el peso de otros dos temas que viene arrastrando la FANB desde Chávez, sin aparente solución: la presencia de los cubanos y su toma de decisiones, y la corrupción. De hecho, uno de los oficiales que intervino preguntó con ironía si él también podía tener una cuenta en dólares en Estados Unidos igual que lo tiene Manuel Quevedo comandante del Core 5.
Es decir, en la FANB más que conspiración lo que hay es malestar. Igual que en el resto del país.
Tomado de
Ibéyise Pacheco
lapacheco.com
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