viernes, 27 de septiembre de 2013

Alejandro Castro Espín sucesor de Raúl Castro

Todo parece indicar que el octogenario Raúl castro, quien hoy es el dictador que comanda el régimen en Cuba, tiene pensado "abdicar" en el próximo mes de enero a favor de su hijo Alejandro Castro Espín, pero, quién es este?

Hace unos meses se escucharon comentarios que el dictador Raúl Castro estaba haciendo todos los necesario para abandonar el poder y dejarlo en manos seguras: presidencia en manos de su hijo Alejandro y visepresidencia Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez.


Como es bien conocido, hoy Cuba es manejada militar y políticamente por el comandante del régimen Ramiro Valdés
Menéndez quien está en total desacuerdo con esa decisión y solo aceptaría ser el presidente y el hijo de Raúl el vicepresidente.

Se comenta en la isla que Valdés Menéndez ha tenido un serio altercado en casa de Castro en el que incluso los dos grupos de escoltas se vieron enfrentados a tiros y hoy se desconoce el paradero de Valdés.




  

El pasado 25 de Febrero Raúl Castro, anunció que no se presentará a una nueva reelección y dejará el poder en 2018 tras agotar su segundo mandato para el que fue confirmado la víspera.

“Deseo esclarecer que en mi caso… éste será el último mandato”, afirmó el general Castro, de 81 años, en su discurso durante la sesión inaugural de la octava legislatura de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral cubano), en la que fue reelegido “mediante voto directo y secreto” para otros cinco años y a la que asistió su hermano mayor  Fidel Castro.





Castro adelantó también una reforma constitucional para limitar a dos los mandatos políticos consecutivos y establecer una edad máxima para ejercer los cargos públicos, garantizando así el relevo de la revolución a las nuevas generaciones.

“Debe garantizarse en la cúspide del poder estatal y gubernamental la unidad ejecutiva frente a cualquier contingencia por la pérdida del máximo dirigente, de manera que se preserve, sin interrupciones de ningún tipo, la continuidad y estabilidad de la nación”, señaló.

En este sentido, destaca el nombramiento de Miguel Díaz-Canel como vicepresidente del país caribeño. El ex ministro de Educación Superior, de 52 años, sustituye en este puesto al veterano dirigente José Ramón Machado Ventura, de 82 años, y será quién releve a Raúl Castro en la presidencia en el hipotético caso de su renuncia anticipada.



La salud de Raúl Castro
 
Raúl Castro está enfermo. Es alcohólico, padece de depresiones, y se rumora que tiene cáncer en la próstata. 




video hecho en 2009

 



Alejandro Castro Espín

 

Alejandro Castro Espín, entonces Teniente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba, llegó a la República Popular de Angola en 1989, como parte del contingente militar cubano enviado a tierras africanas. Durante su estancia en dicho país, Alejandro pasó por el Centro de Entrenamiento en Lucha Contra Bandidos (LCB), ubicado en Funda, Provincia de Luanda (8°50’44.90″S 13°32’51.18″E). Fue precisamente durante uno de los entrenamientos de tiro con los lanzacohetes RPG-7, que Alejandro se accidentó, perdiendo su ojo Izquierdo.

Alejandro Castro Espín, fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Militar Central de Luanda, y enviado inmediatamente a Cuba, interrumpiendo así su “misión internacionalista”, sin haber participado en ningún combate en dicho país. Sus escoltas, también compañeros de armas de Alejandro, fueron sancionados y desmovilizados del servicio activo de las FAR.


Así lo describe Juan Juan Almeida:

.... " Tiene características depredadoras. Un chico a quien el poder se le subió a la cabeza y no tuvo la precaución de cambiarse el sombrero, un joven algo circunspecto con discreción de silbato, cuarentón de alma gótica que adora ponderar su modestia mientras envía personas a salas de interrogatorio. Alejandro Castro Espín.

Nació un 29 de julio de 1965. Leo, en astrología occidental; serpiente, por el horóscopo chino. Una mezcla que describe a quienes, sin importar costo alguno, intentan mantenerse un paso delante del resto. Pero, según su pataquín yoruba, la vida de este personaje no es más que el raíl de línea por donde corre su propio tren.


Sus estudios comenzaron en su barrio, Nuevo Vedado. En la escuela primaria “Gustavo y Joaquín Ferrer”, allí cursó hasta el 6to grado. Un niño alegre, de impresionante autoestima, despreocupado y nada complicado; para entonces sus padres estaban duchos en el arte de hacer hijos.

El pequeño y viril Alejandro, un niño saludable, únicamente padecía de una extraña enfermedad que con los años descubrí se llama ira. Eran muy frecuentes las perretas en mi querido amiguito; pataletas de niño malcriado, aseguraban sus doctores. Recuerdo con verdadero espanto una de ellas contra un bonito perro poodle que tenía entonces, lo agarró por el rabo y lo arremetió contra la pared, quedando del intrépido cachorro solo amasijo. Pero claro, aquello fue un simple incidente, Alejandro ama a los niños, los animales, y adora la naturaleza.





Con casi 6 pies de estatura, y capaz de rivalizar con los más apuestos galanes de televisión, su ego comienza a inflamarse cuando entró en la secundaria “Josué País”, también en el Nuevo Vedado. La constante adulación, unido al exceso de consentimientos, más el temor de sus maestros, le hicieron adoptar la condición de ciudadano modelo y fingía con absoluto dominio ser un adulto, responsable, inflexible, pragmático y poco espontáneo. Error fatal a esa edad.

Hizo el pre-universitario en el Vedado, en la escuela Antonio Guiteras, lugar donde lo recuerdan como un muchacho altanero de pocos amigos. Terminando esta enseñanza matricula en el IPSJAE (Instituto Politécnico José Antonio Echevarría), y apenas dos años después, abandona su vida de estudiante de ingeniería en refrigeración, por una menos exigente pero más prometedora carrera militar. Bastante entendible, luego de saber que un gran trauma familiar cruzó las fronteras de ser un Secreto de Estado para convertirse en chiste internacional. Entonces se radicaliza creando su propio pedazo de cielo, y escogiendo a sus seres queridos por categoría social, ideológica y racial.


Una boda elegante y discreta lo une con Marieta. El matrimonio es una institución social con disposiciones jurídicas, es la unión de personas con la intención de formar familia, de crear un vínculo conyugal con derechos, deberes, y respetar obligaciones dependiendo de la religión o la codificación legal. Es fácil de entender, difícil de practicar. No todos admiten vivir respetando esos espacios. Quizás por eso se divorciaron; pero antes, Alejandro y su joven esposa desearon tener hijos. Con el tiempo, y mucha ayuda, lo lograron. El tan deseado primer embarazo no tuvo un final feliz, la circular del cordón no lo permitió. Era una niña. Alejandro reaccionó de una manera bastante fuera de control y buscando un culpable desapareció de la vida pública por un dilatado período al ginecólogo que atendió su caso. Pasó el tiempo, la pareja sobrevivió, y la vida los premió con unos hijos hermosos. Luego, por problemas de índole delicada, terminaron en divorcio. Este señor, como castigo adicional, separó por una larga temporada a Marieta de sus hijos.  



Foto: Los tres mosqueteros 
 
La paz es la única guerra en la que me gusta luchar; pero algunos, fieles a la imagen del héroe, y perturbados por los versos de La Ilíada, cambiaron Troya por Angola y decidieron formar parte en una invasión inexplicable. Vergonzoso episodio en la historia de mi país.

El entonces teniente Castro Espín quiso visitar la contienda y, en su primer entrenamiento, sin salir de Luanda, le explotó un RPG7 (arma de origen soviético). Así perdió la visión de un ojo. Agotado, nervioso y con ojo operado, regresó a su frenética vida con una nueva historia inventada, esta vez, adornada como mérito ensalzado, la famosa y nada despreciable “herida” en combate. La guerra para él terminó antes de comenzar.

El calor de África es horrible; y el horror de la guerra, impensable. Previo al accidente, cuentan que un día cualquiera, Alejandro llegó a una candonga angolana rodeado de un grupo de amigos; y un nativo con malas mañas, creyéndose comerciante, le vendió a quién ya se perfilaba príncipe, una caja de cervezas donde había algunas botellas rellenas con agua. Los acompañantes lo hicieron objeto de burlas, y pasó lo inconcebible, quien opta por la venganza nunca estructura igualar sino superar el agravio. Las sonrisas terminaron cuando una bala de Browning atravesó la cabeza del vendedor fraudulento.

Podría escribir horas, pero no, porque como versa el dicho, nadie mejor que un marino para saber usar su ancla. Por ahora aquí termino, asqueado, recordando a este sujeto despreciable, arrogante, mojigato, abusador, iracundo, rencoroso, acomplejado y, a falta de mejores frases, emocionalmente inaccesible y temperamentalmente inadecuado ".....


Ramiro Valdés, carnicero de Artemisa con diagnóstico de psicópata





Mientras unos imitaban las hazañas de Errol Flynn; otros se sobresaltaban con la realidad de un hombre a quien enjaretan, aún hoy, más leyendas que nombres. Le llaman Gadafi antillano por su excéntrica arrogancia; Donatien, el Marqués de Sade, por sádico, perfeccionista y ateo radical; El Chivo, por su look de barba rala, El Amo de la Censura, El Príncipe del Terror, El Dzerzhinsky cubano…y en su barrio natal lo conocen como El Carnicero de Artemisa.

Cuba no deja de ser una realidad inventada donde se perdió lo bueno cuando buscaron lo mejor; demasiada razón destruyó el alma de muchos. Por ello, continuando con este desfile de cinismo y desvergüenza, hoy comento sobre Ramiro Valdés Menéndez, nacido el 28 de abril de 1932, con características muy peculiares. Combina la casi perfección, paciencia y persistencia, con una envidiable fuerza de voluntad. Rígido, obsesivo, hermético e inflexible, se muestra reacio a los cambios. Es terco rayano con la enajenación, de hablar bajito y pausado, donde todos tienen que callar; y los que no, son silenciados. La causa siempre sobrepasa hasta el valor de la vida humana.

Más que ilustre figura, parece un satánico y tenebroso personaje de thriller. Los culpables salen de prisión, las víctimas no escapan del cementerio. Quizás algunos desconozcan que después del ataque al Moncada, y durante el Presidio Modelo en Isla de Pinos, Ramiro fue diagnosticado como psicópata y confinado al pabellón de enfermos mentales. ¿Manipulación política? No tenemos la certeza. Existen fotografías que lo muestran en plena Sierra Maestra con grados de comandante y shapka de koljosiano.

Cuestiona con candidez, respira fuego y no siente dolor ajeno; propaga el poder con la fuerza aterradora que algunos encuentran atractiva. Viaja en clase ejecutiva y adora el encanto del lujo; no es hombre que se deja arrastrar fácilmente por diversiones afiebradas o indiscreciones vistosas. Únicamente pregunta cuando sabe las respuestas. La fuerza no siempre es ventaja, por eso con frecuencia cae en el error de subestimar a las personas que no tienen qué perder.

Para Ramiro el poder es pasión, drama y diversión, es presagio de aventuras, templo único donde pocos merecen entrar. Por ello comparte el mismo código, arquetipo del crimen organizado “Adversario que no se rinde, debe ser exterminado”.

De cuerpo atlético, lo ejercita con disciplina prusiana pese a su avanzada edad. No se le conocen adicciones, no bebe más de dos copas de un vino tinto que no es caro ni exclusivo, sí famoso y francés. La lista de las personas en quien confía es exigua.

El Comandante Ramiro y el General Castro Ruz– diferente a lo que muchos creen – no son enemigos, son rivales que muestran sus filosos dientes para desgarrar y sonreír. Se dice que, como consanguinidad revolucionaria, ambos comparten la existencia del cromosoma 47 XYY, que según algunos estudios genéticos le atribuyen el origen de conductas criminales. Claro, cuando especímenes como estos andan sueltos, debemos preocuparnos.

TOMADO DE martininoticias.com






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