Maduro, avaló esta noche la anulación del Congreso dispuesta por el Tribunal Supremo de Justicia, aunque -en simultáneo- anunció que convocaria al Consejo de Defensa de la Nación para resolver las diferencias judiciales surgidas luego que, más temprano, la Fiscal General venezolana calificara la decisión del alto Tribunal como una "ruptura constitucional".
Maduro asegura que "la controversia en Venezuela queda superada" tras el Consejo de Defensa, ha asegurado que se ha avanzado "en importantes acuerdos y soluciones" a la crisis desatada en el país en el marco del Consejo de Defensa convocado horas antes para tratar de resolver lo que ha definido como un 'impasse' entre la Fiscalía General y el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) tras el fallo que retira las competencias de la Asamblea, controlada por la oposición desde diciembre de 2015.
"Puedo decir que con la lectura de este comunicado y con la publicación de la aclaratoria respectiva, queda superada esta controversia demostrando las capacidades de diálogo", ha señalado en una alocución retransmitida por la cadena venezolana VTV. En un comunicado leído por el vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, el Consejo de Defensa ha ratificado que compete al TSJ controlar y resolver los conflictos entre los diferentes poderes y ha instado a la corte a revisar las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional del tribunal en un intento por mantener la estabilidad institucional y el equilibro de poderes.
El Consejo de Defensa ha instado a los miembros de la oposición a incorporarse "sin demora" al diálogo promovido por el Jefe de Estado y secundado por Unasur, el papa Francisco y los expresidentes Martín Torrijos, Leonel Fernández y Rodríguez Zapatero. "A Venezuela tenemos que hacerla respetar", ha aseverado Maduro, que ha insistido en que esto debe hacerse "entre todos". "Y hoy es un buen día. Abril se inicia a buen paso. Desde aquí, esta madrugada del primero de abril, les digo a todos: ¡Victoria constitucional!", ha concluido.
El comunicado final
Después de menos de tres horas de discusión con algunas de las figuras de mayor preso dentro del gobierno se llegó a una decisión clave: exhortar al Tribunal Supremo de Justicia a que revise las sentencias 155 y 156.
El vicepresidente Tareck El Aissami fue el encargado de leer el texto que resultó del encuentro de este viernes. Seis puntos fueron los que se acordaron, siendo el segundo el correspondiente a las sentencias que llevaron en primer lugar a lo que Maduro calificó como “impasse” entre poderes.
La decisión de revisar las sentencias se acordó en pro de la “estabilidad institucional” y del “equilibrio de los poderes”.
Antes que comenzara la lectura del comunicado, Maduro aseveró que se publicaría una aclaratoria y correcciones a las sentencias 155 y 156, para así superar la controversia.
"Hemos llegado a un acuerdo de solución de esta controversia y puedo decir que con la lectura de este comunicado y la publicación de la aclaratoria y las correcciones respectivas de las sentencias 155 y 156 queda superado esta controversia, demostrando las capacidades de diálogo y resolución que se pueden activar por nuestra Constitución", dijo.
El primer punto leído por El Aissami fue ratificar que la Sala Constitucional es la máxima instancia para la solución de controversias constitucionales, así como los conflictos entre poderes.
El tercero fue reiterar que los conflictos y desequilibrios que surjan entre los poderes se encauzan con la colaboración entre ellos y los mecanismos constitucionales.
Por otro lado, el cuarto fue destacar los, considerados por el Consejo, “loables esfuerzos” del presidente para resolver mediante el diálogo los conflictos entre los poderes por la autonomía y la independencia de las distintas ramas del Poder Público.
El quinto punto fue un llamado a la oposición a incorporarse al diálogo iniciado en 2016 y que se encuentra mediado por los ex presidentes Martín Torrijos, Leonel Fernández, José Luis Rodríguez Zapatero, además del Vaticano.
El último punto fue repudiar “categóricamente” cualquier intervención que atente contra la independencia, soberanía y autodeterminación de los venezolanos. Porque “los problemas de los venezolanos deben resolverlos los venezolanos”.
Venezuela ante el mundo luego de las sentencias del TSJ
Desde que se conoció la sentencia de la Sala Constitucional del Supremo Tribunal de Justicia de Venezuela que anula al Parlamento, numerosos países de la región se pronunciaron en contra de la maniobra y apoyaron a la oposición venezolana que denunció el golpe de Estado.
El primero en manifestarse fue Perú, que a primera hora de la tarde del jueves anunció el retiro "definitivo" de su embajador en Venezuela. "Es inaceptable lo que ocurre", exclamó el presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien condenó la "ruptura de la democracia" en el país.
Estados Unidos denunció que la "usurpación" del Poder Judicial es "una ruptura de las normas democráticas". Y señaló que la sentencia "daña en gran medida las instituciones democráticas de Venezuela y niega al pueblo venezolano el derecho de moldear el futuro de su país a través de sus representantes elegidos".
El canciller mexicano, Luis Videgaray, aseguró que su gobierno está preocupado por lo que considera un "deterioro del orden democrático".
El gobierno de Juan Manuel Santos también repudió la sentencia. "Rechazamos esta no división de los poderes. Acá es clarísimo que necesitamos unos poderes públicos fuertes, independientes, para poder fortalecer la democracia", dijo la canciller Angela Holguín.
El mandatario argentino Mauricio Macri, quien el mismo día que se conoció el fallo se reunió con la esposa del preso político Leopoldo López, Lilian Tintori, hizo un "llamamiento a recomponer el orden democrático".
Brasil emitió una nota en la que repudia la sentencia que, a su entender "es una clara ruptura del orden constitucional", aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
El gobierno de Chile expresó su "más alta preocupación" por la decisión de la Corte Suprema. "Esta situación nos lleva a consultar con los países amigos cómo proceder de ahora en adelante", agregó el canciller Heraldo Muñoz.
El Gobierno de Panamá expresó "profunda preocupación" por la decisión del Supremo de Venezuela e hizo un llamado a que en ese país se respete el orden constitucional y la democracia.
Uruguay demoró más. El jueves sólo la oposición se había expresado y el gobierno de Tabaré Váquez explicaba que debía analizar bien la sentencia antes de pronunciarse. Finalmente ayer se unió a un comunicado de rechazo de algunos de los miembros del Mercosur.
Del continente, sólo Bolivia, Ecuador y Cuba defendieron el régimen de Nicolás Maduro
El gobierno de Evo Morales declaró "apoyo incondicional" y el de Rafael Correa pidió que no haya "injerencia extranjera" en asuntos internos. Este último no fue tan efusivo con su pronunciamiento como Morales, quizás para no revolver mucho las aguas en vísperas de un ajustadisímo ballottage. Es que el candidato anticorreista, Guillermo Lasso, centró gran parte de su campaña los peligros de que en su país se perpetúe un régimen como el chavista si triunfa Lenín Moreno.
Fuera del continente, la Unión Europea también repudió la decisión de la Corte chavista. En un comunicado del servicio exterior del bloque se exige un un calendario electoral urgente, pero además los gobiernos de España y Francia hicieron declaraciones individuales muy duras para con el régimen bolivariano. Claro que Rusia, en la línea de Bolivia, Cuba y Ecuador, pidió "no echar más leña al fuego" y dejar que "los venezolanos solucionen su problema interno".
En el escenario geopolítico actual, todas estas reacciones, las que condenan y las que apoyan, eran esperables. Sin embargo, hay un grupo de países que decidió no pronunciarse. Dentro de esa extensa nómina (el color gris del mapa) hay un subgrupo cuyo silencio es realmente sorpresivo. Aliados históricos del régimen chavista, incluso países por los que Venezuela se ha expuesto en los escenarios internacionales como Siria, Irán o Nicaragua, se mantienen callados.
El Consejo de Defensa
Maduro asegura que "la controversia en Venezuela queda superada" tras el Consejo de Defensa, ha asegurado que se ha avanzado "en importantes acuerdos y soluciones" a la crisis desatada en el país en el marco del Consejo de Defensa convocado horas antes para tratar de resolver lo que ha definido como un 'impasse' entre la Fiscalía General y el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) tras el fallo que retira las competencias de la Asamblea, controlada por la oposición desde diciembre de 2015.
"Puedo decir que con la lectura de este comunicado y con la publicación de la aclaratoria respectiva, queda superada esta controversia demostrando las capacidades de diálogo", ha señalado en una alocución retransmitida por la cadena venezolana VTV. En un comunicado leído por el vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, el Consejo de Defensa ha ratificado que compete al TSJ controlar y resolver los conflictos entre los diferentes poderes y ha instado a la corte a revisar las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional del tribunal en un intento por mantener la estabilidad institucional y el equilibro de poderes.
El Consejo de Defensa ha instado a los miembros de la oposición a incorporarse "sin demora" al diálogo promovido por el Jefe de Estado y secundado por Unasur, el papa Francisco y los expresidentes Martín Torrijos, Leonel Fernández y Rodríguez Zapatero. "A Venezuela tenemos que hacerla respetar", ha aseverado Maduro, que ha insistido en que esto debe hacerse "entre todos". "Y hoy es un buen día. Abril se inicia a buen paso. Desde aquí, esta madrugada del primero de abril, les digo a todos: ¡Victoria constitucional!", ha concluido.
El comunicado final
Después de menos de tres horas de discusión con algunas de las figuras de mayor preso dentro del gobierno se llegó a una decisión clave: exhortar al Tribunal Supremo de Justicia a que revise las sentencias 155 y 156.
El vicepresidente Tareck El Aissami fue el encargado de leer el texto que resultó del encuentro de este viernes. Seis puntos fueron los que se acordaron, siendo el segundo el correspondiente a las sentencias que llevaron en primer lugar a lo que Maduro calificó como “impasse” entre poderes.
La decisión de revisar las sentencias se acordó en pro de la “estabilidad institucional” y del “equilibrio de los poderes”.
Antes que comenzara la lectura del comunicado, Maduro aseveró que se publicaría una aclaratoria y correcciones a las sentencias 155 y 156, para así superar la controversia.
"Hemos llegado a un acuerdo de solución de esta controversia y puedo decir que con la lectura de este comunicado y la publicación de la aclaratoria y las correcciones respectivas de las sentencias 155 y 156 queda superado esta controversia, demostrando las capacidades de diálogo y resolución que se pueden activar por nuestra Constitución", dijo.
El primer punto leído por El Aissami fue ratificar que la Sala Constitucional es la máxima instancia para la solución de controversias constitucionales, así como los conflictos entre poderes.
El tercero fue reiterar que los conflictos y desequilibrios que surjan entre los poderes se encauzan con la colaboración entre ellos y los mecanismos constitucionales.
Por otro lado, el cuarto fue destacar los, considerados por el Consejo, “loables esfuerzos” del presidente para resolver mediante el diálogo los conflictos entre los poderes por la autonomía y la independencia de las distintas ramas del Poder Público.
El quinto punto fue un llamado a la oposición a incorporarse al diálogo iniciado en 2016 y que se encuentra mediado por los ex presidentes Martín Torrijos, Leonel Fernández, José Luis Rodríguez Zapatero, además del Vaticano.
El último punto fue repudiar “categóricamente” cualquier intervención que atente contra la independencia, soberanía y autodeterminación de los venezolanos. Porque “los problemas de los venezolanos deben resolverlos los venezolanos”.
Venezuela ante el mundo luego de las sentencias del TSJ
Desde que se conoció la sentencia de la Sala Constitucional del Supremo Tribunal de Justicia de Venezuela que anula al Parlamento, numerosos países de la región se pronunciaron en contra de la maniobra y apoyaron a la oposición venezolana que denunció el golpe de Estado.
El primero en manifestarse fue Perú, que a primera hora de la tarde del jueves anunció el retiro "definitivo" de su embajador en Venezuela. "Es inaceptable lo que ocurre", exclamó el presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien condenó la "ruptura de la democracia" en el país.
Estados Unidos denunció que la "usurpación" del Poder Judicial es "una ruptura de las normas democráticas". Y señaló que la sentencia "daña en gran medida las instituciones democráticas de Venezuela y niega al pueblo venezolano el derecho de moldear el futuro de su país a través de sus representantes elegidos".
El canciller mexicano, Luis Videgaray, aseguró que su gobierno está preocupado por lo que considera un "deterioro del orden democrático".
El gobierno de Juan Manuel Santos también repudió la sentencia. "Rechazamos esta no división de los poderes. Acá es clarísimo que necesitamos unos poderes públicos fuertes, independientes, para poder fortalecer la democracia", dijo la canciller Angela Holguín.
El mandatario argentino Mauricio Macri, quien el mismo día que se conoció el fallo se reunió con la esposa del preso político Leopoldo López, Lilian Tintori, hizo un "llamamiento a recomponer el orden democrático".
Brasil emitió una nota en la que repudia la sentencia que, a su entender "es una clara ruptura del orden constitucional", aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
El gobierno de Chile expresó su "más alta preocupación" por la decisión de la Corte Suprema. "Esta situación nos lleva a consultar con los países amigos cómo proceder de ahora en adelante", agregó el canciller Heraldo Muñoz.
El Gobierno de Panamá expresó "profunda preocupación" por la decisión del Supremo de Venezuela e hizo un llamado a que en ese país se respete el orden constitucional y la democracia.
Uruguay demoró más. El jueves sólo la oposición se había expresado y el gobierno de Tabaré Váquez explicaba que debía analizar bien la sentencia antes de pronunciarse. Finalmente ayer se unió a un comunicado de rechazo de algunos de los miembros del Mercosur.
Del continente, sólo Bolivia, Ecuador y Cuba defendieron el régimen de Nicolás Maduro
El gobierno de Evo Morales declaró "apoyo incondicional" y el de Rafael Correa pidió que no haya "injerencia extranjera" en asuntos internos. Este último no fue tan efusivo con su pronunciamiento como Morales, quizás para no revolver mucho las aguas en vísperas de un ajustadisímo ballottage. Es que el candidato anticorreista, Guillermo Lasso, centró gran parte de su campaña los peligros de que en su país se perpetúe un régimen como el chavista si triunfa Lenín Moreno.
Fuera del continente, la Unión Europea también repudió la decisión de la Corte chavista. En un comunicado del servicio exterior del bloque se exige un un calendario electoral urgente, pero además los gobiernos de España y Francia hicieron declaraciones individuales muy duras para con el régimen bolivariano. Claro que Rusia, en la línea de Bolivia, Cuba y Ecuador, pidió "no echar más leña al fuego" y dejar que "los venezolanos solucionen su problema interno".
En el escenario geopolítico actual, todas estas reacciones, las que condenan y las que apoyan, eran esperables. Sin embargo, hay un grupo de países que decidió no pronunciarse. Dentro de esa extensa nómina (el color gris del mapa) hay un subgrupo cuyo silencio es realmente sorpresivo. Aliados históricos del régimen chavista, incluso países por los que Venezuela se ha expuesto en los escenarios internacionales como Siria, Irán o Nicaragua, se mantienen callados.
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