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lunes, 3 de septiembre de 2012

El caño El Virrey no vio morir a Luis Colmenares


El caño El Virrey no vio morir a Luis Colmenares


El calor sofocante inundaba esa mañana la sala 508 del complejo judicial de Paloquemao. Las miradas que se cruzaban entre los diferentes implicados en aquella extraña muerte superaban los límites de la ficción y el ambiente era más que tenso.Hacia las 8, ya se podía observar en el recinto una gran cantidad de gente. Periodistas, amigos, familiares, estudiantes y uno que otro curioso se agruparon en una sola masa de personas, todo con tal de presenciar uno de los más sonados y controvertidos casos que ha tenido que enfrentar la justicia colombiana, la muerte de Luis Andrés Colmenares.
Media hora después, el honorable juez entra a la sala, las dos sindicadas de crimen: Laura Milena Moreno y Jessy Mercedes Quintero se presentan y con ello el juicio inicia. Ya el Fiscal ha presentado el escrito de acusación y en esta diligencia se espera que se acuse formalmente a las acusadas por los cargos de homicidio agravado y fraude procesal, imputaciones que podrían darles a estas jóvenes estudiantes de ingeniería de los Andes, una pena de 20 a 30 años de cárcel.
 
LA ACLARACION ENCUBRIDORA:
 
! Se cayó, se cayó ¡
¿Quién?
El negro, se cayó el negro.
Es la versión que han dado Laura y Jessy desde la noche del 30 de octubre de 2010, cuando al parecer Luis Colmenares, después de haber departido unas horas con sus amigos en un bar del norte de Bogotá, en un estado de excitación causado por el vodka, aguardiente y cerveza ingerido horas antes, decidió lanzarse al canal El Virrey muriendo instantáneamente.
 
El occiso presenta fractura frontal parental por impacto contundente”, fue el dictamen forense presentado dos meses después del deceso de Colmenares, que hizo que, junto a la versión de las estudiantes, el caso estuviese cerrado durante nueve meses. El informe radicado con el número 004639 fue realizado por la médica Lesli del Pilar Rodríguez quien ahora es investigada por la Fiscalía, y que en su defensa argumenta que no tenía información suficiente de la Policía Judicial, CTI, al momento de la necropsia.
Cinco meses después de la repentina muerte de Luis, la vida en la casa de los Colmenares -ubicada en el barrio Quirinal al occidente de Bogotá, cerca a la biblioteca Virgilio Barco-, era de incertidumbre y desconsuelo, Ni doña Oneida su mamá, ni Jorge su hermano menor, ni Luis su padre, podían entender como un excelente estudiante de ingeniería Industrial había tomado tal decisión.
No fue sino hasta una noche, en la que Oneida después de tener un premonitorio sueño con su hijo, decidiese contratar a Rubén Darío Angulo, un Forense privado, para que investigara la verdadera muerte de su “Luigi” como solía decirle cariñosamente.
 
Pruebas disentidas
El caño del virrey no tiene más de 1.60 de profundidad, sus aguas en temporada invernal no llegan a los cuarenta centímetros, aun así por el diseño del canal, para descender allí es necesario de mucha pericia o por lo menos ayuda para su ingreso y salida. Por ello no se entiende como Laura Moreno pudo descender hasta allí, con su pequeño disfraz de Minnie y tacones sin causarse daño alguno, tal como lo ha afirmado en sus declaraciones ante la Fiscalía y la prensa donde asegura que el agua le llegaba hasta las rodillas y que por eso, y por la poca visibilidad que había, no pudo ver donde cayó el cuerpo de Colmenares.

Así mismo su versión se desvirtúa al darse a conocer el informe presentado por Yadira Piamonte, la bombero que estuvo en la primera jornada de búsqueda hacia las 4:10 de la mañana del 31 de octubre, quien afirma que nunca vio a la joven mojada, y que en el momento de preguntar por el lugar exacto donde había caído el cuerpo, la joven solo atino a decir cerca a Ecopetrol. Según la socorrista fue un “chismoso”, acompañante de Laura quien dio las coordenadas exactas donde el equipo de rescate debía buscar.
Extrañamente, este informe oficial dado por la bombero el 2 septiembre de 2011 al CTI, así como el del Cai, ubicado a 500 metros del lugar donde supuestamente cayó Luis, han desaparecido.
Máximo Duque, fue el investigador enviado al municipio de Villa Nueva por la Fiscalía a exhumar los despojos del joven ; esto después de que Angulo al ver el dictamen forense y las fotos del cadáver, determinara que el cuerpo de Luis contaba más de lo que Laura y sus amigos habían querido demostrar .
...
“Laura Moreno y Jessy Quintero son testigos de los hechos, fueron las últimas que estuvieron con Luis Andrés Colmenares Escobar, por fuerza de lógica fáctica y jurídica son ellas quienes saben, quién o quienes, cómo, dónde y cuándo le hicieron esas heridas a Luis”
Afirma Antonio Luis Gonzales Navarro, el investigador de la fiscalía 11 de vida encargado del caso, después de que este se reabriera en junio del año pasado. El samario de temperamento recio, insta a Laura y a Jessy a confesar quien o quienes asesinaron al estudiante; la tensión de la sala se acentúa y los rostros de tranquilidad con los que entraron las jóvenes a la audiencia, así como los de los padres de Luis junto a Jaime Lombana, su abogado, se vuelven rígidos y pasmados.
El segundo dictamen forense, un segundo concepto más profundo y objetivo, reveló que Luis no murió a causa de un solo golpe como se aseguró meses atrás, sino que al contrario tenía siete fracturas en su rostro, heridas hemorragicas vitales y premorten hechas con arma blanca, factura en dos de sus costillas y que por sus livideces -hematomas formadas en el cuerpo antes, durante la agonía y después de muerto al estar mucho tiempo en un lugar- Luis agonizó en lo que parece ser el planchón de una camioneta por aproximadamente ocho horas.
 
Es el cadáver de Luis Andrés que sin hesitación (sic) alguna ‘narra en lenguaje forense’ cómo acabaron con su vida, cómo lo asesinaron, como cortaron su derecho de estar con sus familias y con la sociedad en general” lee ante el juez, el fiscal Gonzales.
Son precisamente ocho horas las que estuvo Luis desaparecido después que los bomberos buscaran por segunda vez su cuerpo, esta vez a las cuatro de la tarde y cuando sorpresivamente esta vez sí apareció, pero no boca arriba como demuestra el resultado de medicina legal, sino boca abajo, como si el agua hubiese tenido la fuerza suficiente para arrastrarlo hasta un túnel 200 metros hacia el oriente y dejarlo sembrado justo en él.
Laura llora al escuchar los hechos narrados por Gonzales al juez, su diadema de brillantes no oculta el estrés que refleja su cabello alborotado y con friz, en una desafortunada coincidencia ese 2 de marzo, día de la audiencia, es también su cumpleaños n° 22.
 
Si Luis hubiese saltado de improvisto tal como lo afirma Moreno, ella no hubiese tenido el tiempo necesario para sostenerle algunos de los accesorios que Luis tenia al momento de salir de la discoteca tal como lo demuestran algunas fotos, tampoco hubiese perdido su reloj, ni dejado su celular en poder de Laura- fue de este móvil desde donde llamaron al hermano de Luis para avisar de su desaparición- eso lo sabe Gonzales y Lombana, por ello es vital encontrar él o los culpables.
De haber sido así, si Luis realmente hubiese saltado, no lo hubiese hecho de cabeza, en posición de clavado tal como lo atestigua en la declaración. Asimismo por la iluminación del sector, ella sin necesidad de meterse al canal hubiese podido ver un cuerpo en su fondo ya que el canal es suficiente mente ancho y alumbrado aún en la madrugada como lo demuestra un trabajo de campo realizado por integrantes del grupo de apoyo en facebook LACE 1001 voces unidad x justicia para Luis Andrés colmenares.
La ruta contradictoria
Igualmente las declaraciones de Laura acerca de la ruta que siguió con Luis después de que este supuestamente saliera del bar rumbo a conseguir un perro caliente, cambian con el medio que pregunta, un riguroso estudio comparativo así lo demuestra.
Laura quien en un primera oportunidad afirmó que después de cruzar el supermercado Carulla de la 85 con 15, Luis había salido a correr hacia el norte subiendo por la carrera 14 y de allí había llegado al Virrey, en una segunda entrevista aseguró que habían cruzado por la 13, frente al edificio de Ecopetrol – el cual tiene un minúsculo letrero difícil de ver en la noche y más, tal como lo afirma la misma Laura, si ella es corta de vista- y que de allí sacó ella la indicación que dio a Jessy para que ella y sus amigos llegaran a auxiliarla.
Finalmente en una tercera entrevista indicó que habia sido por la carrera 16 por donde habían cruzado y posteriormente subido al canal -en esta última ruta curiosamente no hay cámaras de seguridad-.
Entonces, ¿dónde estuvo Luis?
Un garaje cercano al lugar donde fue encontrado el cuerpo, calle 83 con carrera 14, es donde pudo haber
estado Luis agonizando hasta que sus victimarios sembraron su cuerpo en el caño, es una de las hipótesis que se manejan. Algunos incluso se atreven a afirmar que el mismo edificio de Ecopetrol pudo haber servido de guarida ya que el padre de Laura Moreno, el señor Jorge Enrique Moreno es socio de la exitosa compañía Montajes JM S.A., que presta servicios de acoplamientos electromecánicos y obras civiles a más de 10 multinacionales del petróleo, entre ellas la petrolera nacional, pero ello son sólo suposiciones. 

De allí también se desprende la pregunta del por qué Laura pudiendo haber dado otro tipo de indicación más visible, como el edificio de El Heraldo ubicado justo en la esquina donde desapareció Colmenares, hubiese preferido dar el nombre de Ecopetrol, si tal como se dijo antes no es un edificio muy conocido en el lugar ni tiene un letrero proporcionalmente grande que sirva como indicativo.
La audiencia de imputación de cargos por petición de nulidad por parte de los abogados de Laura y Jessy, Jaime Granados y Silvio Quiñones ha sido aplazada. Por ese día, las dos pueden volver a sus hogares, donde se encuentran recluidas desde octubre del año pasado… es un buen regalo de cumpleaños para Laura.
 

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