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lunes, 3 de septiembre de 2012

ANGEL CARROMERO VS. TTE CR HERNANDEZ RUIZ

Las dos varas de medir una misma justicia:Los casos Ángel Carromero vs. Tte. Coronel Filiberto Hernández Ruiz

 

Por Lcdo. Sergio Ramos
En breve el gobierno cubano empezará el juicio contra el ciudadano español Ángel Carromero acusado por la muerte de los opositores Oswaldo Paya Sardiñas y Harold Cepero ocurrida en un accidente automovilístico en Bayamo, Cuba el pasado 22 de Julio. Se le acusa de homicidio y se le pide la pena de 7 años de cárcel. La mínima que establece para ese delito el artículo 261 del Código Penal de Cuba.

Las causas del accidente no están claras. La viuda e hija de Paya insisten en que la versión del gobierno no se ajusta a la verdad y que hubo mano criminal, ya que ellos fueron premeditadamente impactados por un vehiculo de los organismos policiales de Cuba que los estaba siguiendo, y en consecuencia, exigen una investigación imparcial por organismos internacionales a lo que el régimen de La Habana se niega. Un reclamo que ha sido secundado por organizaciones de derechos humanos en diversas partes del mundo.
Carromero, quien es dirigente de las juventudes del Partido Popular español, junto al ciudadano sueco Jens Aron Modig acompañaban a Paya y a Cepero con el propósito de apoyar la oposición pacífica cubana.
Tanto Carromero como Modig fueron sometidos a intensos interrogatorios por parte de las autoridades policíacas cubanas. A Modig lo liberaron y salió del país bajo un código de mordaza, aparentemente voluntaria, para no perjudicar a su compañero de viaje; pero a Carromero, quien conducía el auto, se le dejo detenido en Cuba sujeto a una serie de interrogatorios por parte de la policía cubana, en un país donde las garantías procesales y el respeto a los derechos humanos de los detenidos son altamente cuestionables.
El propósito de tales interrogatorios muchas veces no están orientados tanto en la búsqueda de la verdad, como en forzar al detenido a firmar una declaración que exprese lo que los agentes policiacos quieren que diga, y no la realidad de los hechos. Para ello, es frecuente el uso de presiones indebidas, como el chantaje, las torturas sicológicas y hasta las físicas. Estos métodos han sido evidenciados como procedimiento rutinario por innumerables testimonios de expresos en cárceles cubanas ante organismos internacionales de derechos humanos.
En el caso Carromero, el gobierno cubano tiene un interés en cuanto a su política exterior. Se trata de las relaciones entre España y Cuba ante el escenario de un partido de derecha gobernando en la Moncloa. De ese modo Carromero se convierte además en una carta de negociación para el gobierno cubano. A este respecto ya hay conversaciones entre ambas cancillerías.
Al ser sometido al procedimiento judicial, Carromero se topa con un sistema jurídico que no garantiza la pureza de los procedimientos y donde las garantías de los acusados son mínimas. Es un sistema judicial donde no existe la separación de poderes y esta sujeto a los dictámenes del ejecutivo. Es común que antes que empiece el juicio, la sentencia esta pre-fijada desde el ejecutivo, sobre todo en casos que revisten, como este, el interés político del régimen. Las defensas no suelen ser independientes del Estado, puesto que los bufetes colectivos lo componen letrados empleados del estado bajo el Ministerio de Justicia, el mismo bajo el cual están los fiscales a cargo del proceso acusatorio. El conflicto de intereses es obvio. La garantía de transparencia e imparcialidad en el juicio es cuestionable. La sentencia será la que entienda el Consejo de Estado que es la mas conveniente para sus fines políticos.
Llama la atención en corto tiempo que el gobierno cubano ha tomado entre el hecho y el juicio (menos de dos meses) cuando en Cuba hay crímenes que nunca se juzgan.
El teniente coronel del MININT Filiberto Hernández Ruiz es uno de esos casos. Entre el 3 de diciembre de 2009 al 23 de febrero de 2010 fue jefe de la prisión de Kilo 8 en la provincia de Camaguey, Cuba. Para aquel entonces se encontraba en huelga de hambre el preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo. Un joven albañil opositor al régimen dictatorial de Cuba. Por órdenes expresas del coronel Ruiz se le privó de lo único que ingería: El agua. Así estuvo por 18 días hasta que su gravedad lo llevó finalmente a la muerte el 23 de febrero de 2010.
A pesar de las innumerables denuncias por parte de la oposición y de organismos internacionales de derechos humanos reclamando justicia ante este vil asesinato de un opositor pacifico, el régimen cubano ha hecho caso omiso, y ocultó los hechos e ignoró el deber del estado de hacer justicia. El teniente coronel sigue campeando por sus respeto, y la justicia burlada, en lo que a las claras es un asesinato tipificado en el articulo 263 del Código Penal de Cuba con los agravantes de haberse perpetrado en una persona incapaz de defenderse ( Inciso c) , que aumentó el sufrimiento de la víctima ( Inciso ch), obrada con premeditación ( Inciso d) , facilitando el hecho y ocultarlo ( Inciso f) y obrar con sadismo y brutal perversidad ( Inciso g). El crimen sigue sin castigo, y la victima sin justicia. Y Orlando Zapata no es el único caso, se nos pierde en el infinito la lista. (Remolcador 13 de Marzo, José Wilfredo Soto, Pedro Luís Boitel, Wilman Villar…..)
La diferencia es que en el primero es un extranjero que apoya la lucha por los derechos humanos del pueblo cubano, en el segundo es el alto oficial penitenciario del régimen que defiende a muerte y causando muerte, el sistema dictatorial cubano.
Son dos varas distintas con lo que la mal llamada “justicia” cubana, mide a los responsables de crimines, donde en el fondo solo impera sobre la ley, el capricho; sobre la justicia, el interés; sobre la imparcialidad, la afiliación política.
Por eso, ante esta falta de garantías procesales, de irrespetuosidad para la vida y de desprecio a los derechos humanos que tiene el régimen dictatorial cubano, no dudamos que en el caso Carromero esta muy latente el elemento de ocultación de verdades, por medio de la fabricación de pruebas conducentes a la inculpación de un inocente, cuyo único “delito” fue apoyar el reclamo de libertad de un pueblo oprimido.
TOMADO DE  http://cubanuestraeu8.wordpress.com/2012/08/24/las-dos-varas-de-medir-una-misma-justicialos-casos-angel-carromero-vs-tte-coronel-filiberto-hernandez-ruiz/



Ofelia Acevedo, viuda de Payá: «No tengo confianza en el juicio a Carromero»

 

La muerte de Oswaldo Payá, el disidente cubano más importante –fallecido el pasado 22 de julio en un accidente de coche en Cuba–, mantiene en prisión a Ángel Carromero, vicepresidente de Nuevas Generaciones, a la espera del juicio esta semana por  homicidio no intencionado. Ofelia Acevedo, la viuda de Payá, dice en entrevista telefónica con LA RAZÓN que la muerte de su marido no se debió a un exceso de velocidad de Carromero. Sigue pensando que su esposo fue víctima de una persecución.

-¿Querrá ir al juicio?

-No pienso asistir. Sencillamente no creo que lo que pueda pasar en el juicio cambie la situación. No estoy de acuerdo con la versión de los hechos que transmitió el Gobierno por la televisión ni con los cargos que le imputan a Carromero derivados de esa versión. Por tanto, no tengo confianza en lo que pueda salir, si es que hacen el juicio finalmente.

-¿Qué indicios tiene de que no fue un accidente sino algo provocado?-Puedo decirle que la experiencia mía con Oswaldo a lo largo de los años es que ha recibido múltiples amenazas de muerte. La seguridad del Estado ha saboteado nuestro coche aflojándole las tuercas buscando un accidente, que estuvimos a punto de tener. Cuando iba en bicicleta muchas veces le tiraron para amenazarle y decirle que lo iban a matar. Tengo una inmensa lista de hechos y de amenazas contra la vida de mi esposo. Además, no he podido ver a ninguno de los supervivientes. No tengo ningún acceso a pruebas o evidencias de ese accidente. El día en que ocurrió, cuando nosotros llamamos a las seis de la tarde a mi esposo, todavía no le habían llevado al hospital y, sin embargo, a los otros tres acompañantes los llevaron desde temprano. ¿Por qué dejaron a mi esposo en vez de llevarlo al hospital? Cuando a las cuatro llamamos al celular de Oswaldo, lo cogió un policía y el cuerpo de mi esposo estaba allí todavía. ¿Quién dictaminó que mi esposo estaba muerto? Me hago muchas preguntas, pero no encuentro las respuestas.

-Oswaldo era muy cuidadoso al volante.-Tenía un sentido de la responsabilidad muy grande. Jamás permitiría el exceso de velocidad de nadie, y menos de esos muchachos jóvenes que casi podían ser sus hijos. 

-¿Cómo vivía él con la tensión de la amenaza constante?-Vivía amparado en la fe tan grande que tenía en Dios y en la justicia de lo que él planteaba, a lo que había dedicado toda su vida, hacer una propuesta de cambios pacíficos para llegar a una democracia en Cuba.

-¿Quién recogerá ese testigo de Oswaldo?-La labor de Oswaldo la siguen muchas personas dentro de Cuba. Es a los cubanos a quienes les corresponde seguir adelante. Él ha dejado el camino preparado para que el pueblo de Cuba siga aspirando a los derechos. Es una labor de todos, no de una sola persona. 

-Oswaldo despertaba unanimidad, tenía un gran prestigio entre la oposición a Castro.-Trabajó siempre con mucha dedicación y buscando la verdad y la justicia y, sobre todo, la defensa de los más pobres y los marginados de la sociedad.

-¿Ha aumentado la vigilancia del Gobierno a su familia?-Hace poco le siguió a mi hijo un vehículo de la Seguridad del Estado. El otro día viajaba con mi familia en el ómnibus y nos encontramos nuestros nombres escritos en los asientos donde íbamos sentados. En la terminal donde estábamos esperando, crearon un estado de alteración y de confusión con personas vigilando, algo totalmente ficticio que se desvaneció cuando llegó nuestro ómnibus. 

-¿Carromero es una víctima del Gobierno cubano?-Yo creo que Carromero no es el responsable del accidente. Cuando las personas de criminalística nos preguntaron si íbamos a emprender alguna demanda contra él les dijimos que no. Fue la única vez que tuve un contacto oficial junto al momento en que me entregaron la ropa que Oswaldo llevaba el día del accidente. 

-¿El Gobierno cubano puede utilizar a Carromero para negociar con España otras cuestiones?-No lo sé. Después de llevar tantos días bajo la Seguridad del Estado, no sé lo que puede pasar. Yo no he podido hablar con Ángel ni con su familia. La embajada española nos ha dicho que eso no está en sus manos.

 

«Será una sentencia política vestida con términos jurídicos»
La defensa de Ángel Carromero correrá a cargo del Bufete de Servicios Especializados de Cuba, el único despacho de abogados que presta servicios internacionales a las personas y empresas extranjeras. El abogado que ha contratado en España la familia del vicepresidente de Nuevas Generaciones sólo podrá actuar de observador si es que finalmente puede asistir al juicio. 

Los encargados de la defensa de Carromero serán Armanda Nuris Piñero y Ramón de la Cruz Ochoa. Ella es la directora general del Bufete y llevó el caso de los cinco espías cubanos detenidos en Estados Unidos. El segundo, ocupó el cargo de fiscal general del régimen en los años noventa. 

Fuentes cercanas al caso en Cuba aseguran que finalmente el juicio no se celebrará en el Tribunal Provincial de Bayamo, donde está detenido Carromero, sino en la Escuela Provincial de Arte, situada a las afueras de la ciudad. Al presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Elizardo Sánchez, no le cabe ninguna duda de que «el veredicto será político, pero el juez lo vestirá con argumentos jurídicos».

"Aquí no hay abogados independientes ni procesos judiciales independientes!", asegura a LA RAZÓN René López Benítez, director del Centro de Referencia Legislativa y la Consultoría Jurídica de servicios a necesitados en Cuba, quien asegura que los abogados cubanos contratados por la familia de Carromero "responden a la estructura del régimen".

Carromero se enfrenta a siete años de prisión por homicidio no intencionado en el accidente en el que murieron Payá y el también disidente cubano Harold Cepero. Tras la sentencia, cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Una vez que ésta se firme, el Gobierno cubano puede expulsar al dirigente del PP o buscar una solución con el Gobierno español para que cumpla la condena en España de acuerdo al acuerdo bilateral vigente entre ambos países.

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